viernes, 4 de enero de 2019

Visión de campeón


Hola amigos:

Feliz año!

Algo que caracteriza a los fines de año es una cosa extraña llamada "Tazoniza", es una época donde por alguna razón tenemos varios juegos de Fútbol Americano Colegial de Estados Unidos llamados tazones.  Estos juegos realmente son las finales de todas las conferencias que existen en el país vecino del norte, y si alguna vez han puesto atención, son demasiados, de hecho son 41 tazones que se disputan entre diciembre y enero.

Ahora bien, no todos son tan importantes y desde hace unos años la NCAA (la Organización que regula el deporte académico en los Estados Unidos), estableció un formato llamado "College Football Playoff", en donde se juegan dos semifinales que son 2 tazones itinerantes en los que participan los mejores cuatro equipos de la nación.

Puede ser un poco complicado esto de los tazones pero realmente es muy divertido verlos porque se puede apreciar la gran pasión que se tiene por este deporte.  Simplemente en el Rose Bowl, el tazón más añejo con 116 años de historia, puede meter a 100,000 aficionados al estadio.

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Una toma del Rose Bowl con el B2 Spirit sobrevolando.

Justo disfrutando de esta temporada de "tazoniza", pude observar un reportaje sobre un singular personaje del Fútbol Americano Colegial que me llamó mucho la atención y que es digno de relatar.

Jake Olson es un chico que nació en una familia de California de clase media como muchos otros, sin embargo fue diagnosticado con Retinoblastoma, o conocido comúnmente como Cáncer en los ojos.  Así fue como Jake empezó desde muy pequeño una larga travesía, que lo llevo primero a perder un ojo a los 3 años de edad y después emprender una vida que lo llevo nuevamente a enfrentar una operación a los 12 años de edad que lo dejó invidente por completo.

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Jake Olson y su mejor amigo de USC Kris O'Dowd

Jake no sólo creció con esta enfermedad, también creció con una gran pasión por el Fútbol Americano, desde pequeño y a pesar de su enfermedad acudía con su padre a ver los juegos de los Troyanos de la Universidad de California del Sur.  Y de su pasión nació la motivación que el coach de los Troyanos quería para su equipo.  Pete Carroll estaba al frente de USC en esos días y supo de la historia de Jake y lo aficionado que era del equipo, así que lo llevó a los vestidores y desde entonces y durante varios años Jake estuvo cercano al equipo, era un motivador por lo que tenía que enfrentar día a día y aún así, seguir con el mismo optimismo de siempre y eso es lo que quería demostrarle Carroll a sus jugadores.

PHOTO: Jake Olson, now a long snapper for the USC Trojans, meets former USC football head coach Pete Carroll during a visit when Olson was a child.
Jake y Pete Carroll

Después Carroll se volvió entrenador de los Seattle Seahawks y ganó un Super Bowl, pero nunca olvidó a Jake.  

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Jake apoyando a Carroll en un juego de Seattle

Jake continúo creciendo alrededor de USC, y a pesar de que tuvo que enfrentar la segunda enfermedad que lo dejó por completo ciego, el equipo lo siguió considerando como parte de la organización.

Así fue cuando Jake, además de ser un gran apasionado por el deporte, se volvió un excelente estudiante, tuvo en sus manos las dos cartas de aprobación de las Universidades a las que había aplicado, no dudó ni tantito en decidir a cuál acudiría.  Si, escoger USC implicó rechazar Harvard.  Pero el destino le tenía más cosas en puerta y todas tenían que ver con los Troyanos.

Jake desarrolló la habilidad de jugar Flag Football aún y cuando ya no podía ver.  Solía ser el centro del equipo y se guiaba mediante sonidos y también con ayuda de sus compañeros que le tocaban el hombro o el brazo para poder centrar el balón.

La motivación lo llevó a intentar centrar un balón por debajo de las piernas y de ahí intentar realizar pruebas para USC.  

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Jake con el uniforme de los Troyanos

Jake logró entrar al equipo y a pesar de no jugar prácticamente en los primeros 3 años, llegó un día al iniciar la temporada en la que el coach lo llamó al campo y emocionado y con ayuda de sus compañeros, Jake centró el balón para concretar un punto extra.   Un centro perfecto.

Así Jake se convirtió en el primer jugador invidente en participar en un partido de Fútbol Americano Colegial.

Jake actualmente está terminando su carrera de Administración de Empresas en USC, y también está participando en la Selección de Golf para invidentes.  El dice que no necesitas ver dónde está el hoyo para meter la pelota, necesitas sentir, saber la trayectoria y tener confianza suficiente en hacer las cosas.

Tal vez todos deberíamos pensar un poco como Jake y vivir la vida sin temor a equivocarnos.  A veces nos exigimos demasiado pensando en que no somos lo suficientemente buenos para realizar las cosas, es ahí donde tenemos que sacar un poquito más de coraje y vencer este miedo. 

PHOTO: USC long snapper, Jake Olson, right, who has been blind since the age of 12, runs off the field with teammate Wyatt Schmidt after he snapped an extra point.

Les dejo por último el video en el que Jake entra por primera vez a un juego y logra su objetivo.



Buen fin de semana

Saludos,

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